MI LLANO
" Lugar De Paz & De Tranquilidad Exagerada "
El llanero, figura común a los dos países vecinos, es comúnmente identificado con un jinete colombiano y/o venezolano que se dedica por lo general al cuidado de ganado en las grandes haciendas ganaderas de la región. Esta ocupación se remonta a la época colonial. Los Llaneros jugaron un papel decisivo en las épicas batallas de las guerras de independencia suramericanas, en batallas como Úrica Las Queseras del Medio, Pantano de Vargas,Boyacá, Batalla de Junio Batalla de Aya cucho y Car abobo.
Con la disolución de la Gran Colombia en 1830 los Llanos quedaron divididos internacional mente aún así la unidad cultural continuó por medio de las manifestaciones culturales que los unen.
Cultura
Además de la tipología de vaquero que posee el llanero, la principal característica que une a la región compartida por los dos países suramericanos es la música y ella toca al joropo, así como a los instrumentos musicales que son autóctonos de la región.
L LLANO COLOMBO-VENEZOLANO
Orígenes
Vamos a notar, al trazar una línea tanto de orden temporal como geográfico, que desde el origen del cristianismo en Jerusalén y en la progresiva difusión del Evangelio una correspondencia con el establecimiento de las juderías en las ciudades nuevas del Imperio Romano de Oriente y del Mar Egeo, lo que definitivamente demarca un crisol de tradiciones, naciendo de las sinagogas (recordemos que los cristianos son en su inicio Judíos que se van convirtiendo, los cuales en un principio siguen participando en sus cultos del día Sábado) y viajando a través de Bizancio. Esto claramente significa que durante los siglos I al V, en conjunto con la conformación de las comunidades cristianas en los conglomerados de Antioquía, Siria, Edesa, Esmirna, Bizancio, Corinto yAlejandría principalmente, el canto litúrgico cristiano se ve modificado por un sincretismo de orden creciente.
La primera "iglesia" (y por ende, existencia documentada de la Liturgia) en territorio latino de la cual exista documentación antes del año 150 d.C, es la sede de Lyon, que constituye entonces el único centro de jurisdicción organizada entre los años 125 y 140 d.C dentro de las Galias, pero al avanzar mismo siglo II se comienzan a crear otros centros en Italia del Norte, Africa del Norte, España y otros sectores de las Galias, uno de los primeros lugares en poseer uno de estos centros de manera amplia es Ravena, la capital de la Italia Bizantina5 .
Primer desarrollo y difusión
Hacia fines del siglo IV, y a causa de que aún es la improvisación de la plegaria la "Ley General de la Liturgia", es que aparecen sistemas de ritos que tienen a hacerse regionales, cosa que se vuelve crítica con la division entre los Imperios Romanos de Oriente y Occidente, es entonces que en una primera oleada tenemos los ritos egipcios (en Alejandría) y sírios (en Jerusalén y Antioquía, que luego daran lugar a la "Gran Liturgia" Bizantina); luego los del norte de Africa, de Milán (Ambrosiano), de las Galias (Galicano), de España (Mozárabe y Visigodo), el Narbonense y el de los países célticos del norte, cuyo origen es afirmado por el papa Inocencio I como romano. Tanto el rito como el canto evolucionan siempre de manera paralela6 .
La "Gran Compilación" y unificación litúrgica
Cuando la unificación política y litúrgica de Occidente comenzó bajo el reinado de los carolingios a mediados del siglo VIII (periodo a menudo referido como "Renacimiento Carolingio"), las variantes locales (excepto la Milanesa, conocida como "Ambrosiana") fueron suprimidas progresivamente en favor del gregoriano. De los ritos litúrgicos latinos antiguos no romanos sólo elambrosiano sobrevive completamente, y el hispano-mozárabe de forma muy limitada, sin embargo van a seguir funcionando la mayoría en forma paralela en sus mismas localidades a tal extensión que este repertorio se le llama "para-gregoriano".
Resurgimiento en la Modernidad
Durante el siglo XIX se produjo un resurgimiento importante del canto llano gracias a los esfuerzos de restaurar la notación correcta y estilo interpretativo de las antiguas colecciones de canto llano, especialmente de los monjes de la Abadía de Solesmes, en el norte de Francia. Después del Concilio Vaticano II y la introducción de la nueva forma de la misa y el oficio, el canto llano cayó en desuso en la Iglesia católica de rito romano y su uso se redujo prácticamente a las órdenes monásticas7 y a las asociaciones eclesiásticas que continuaron celebrando la liturgia en latín (en ocasiones denominado "rito tridentino", o "de san Pío V", aunque su última versión fuera aprobada por el beato Juan XXIII poco antes de la apertura del Vaticano II). Sin embargo, el motu proprio Summorum Pontificum del papa Benedicto XVI (2005) ha favorecido nuevamente el uso del rito anterior, bajo la denominación de "forma extrordinaria del rito romano". Otros comentarios del mismo papa relacionados con el uso apropiado de la música litúrgica parecen estar potenciando un resurgimiento del canto llano.
El interés en el canto llano resurgió en los años 50 en el Reino Unido, asociado al compositor Gustav Holst. A finales de los 80, el canto llano alcanzó cierta popularidad como música para la relajación, y varias grabaciones, como las de los monjes del Monasterio de Silos (Burgos), se convirtieron en superventas.
La importancia del estudio del canto llano, según comentó Baeza, trasciende de los aspectos que comprenden su función dentro de la Iglesia Católica, sino que fue durante seis siglos prácticamente la única manifestación del arte musical en Occidente, ya que las manifestaciones de la "canción popular" europea fue ignorada o voluntariamente despreciada, y tiene entonces una influencia muchas veces insospechada en el desarrollo artístico musical posterior. A modo de ejemplo, el gran corpus de la música vocal renacentista se inspira y toma de forma consciente muchas veces sus temas del canto llano. 8
Lenguaje y liturgia
Desde los siglos I al V tanto el Latín como el Griego comparten el dominio como lingua franca en el Mediterráneo, pero es problemático hablar de una "lengua litúrgica" por antonomasia en estas épocas lejanas y poco documentadas; sin embargo, podemos comprobar la existencia de células lingüísticas que corresponden a distintos núcleos formados por comunidades cristianas de distinto origen en un mismo lugar. Ya hablamos del Griego y Latín, y es que en la misma Roma, ya desde los tiempos de los Apóstoles, es que podemos hablar de una pertenencia al mundo griego o semigriego9 . En Roma también llega el proceso de Evangelización a prosélitos de otras capas sociales, que no entendían el griego (el cual se formula en aquel entonces como la lengua propia de los Patricios). Por este motivo es que en lugares como Jerusalén y Antioquía, las lecturas hechas en la Asamblea fueron bilingües. Hacía el año 380, el Latín va a desplazar definitivamente al Griego, cosa que no va a aminorar las migraciones dentro del Área latina por parte de los nativos de Oriente, y esto lo podemos notar en la influencia ejercida por los Sirio-Bizantinos (por medio de sus escuelas musicales y teológicas) hasta por lo menos el siglo X d.C, que se traduce en infiltraciones directas en el repertorio Occidental Galicano, Mozárabe y de las Iglesias Romana y Milanesa (tanto en las antífonas como en los cantos procesionales). Por último, una de las citas más ilustrativas a este respecto proviene del mismo San Jerónimo, que escribe en su Ordo Litúrgico: "¡Roma es actualmente Jerusalén, Constantinopla!".
Ya hacia el siglo IV precisamente se establecen monjes de origen griego en extremos del imperio tales cómo Bélgica, Renania y Mosela. Durante la época Merovingia (448 - 751), es que se producen grandes migraciones de estos monjes hacia el Sudoeste (con predominio de los Visigodos), y luego hacia el resto de la Galia10
nfluencia Oriental sobre occidente
En el transcurso de los dos primeros siglos, de catorce papas, diez son de origen Oriental; y luego, aún entre los años 687 y 752 d.C. van a haber tres papas Griegos y cuatro Sirios. Por otro lado, tenemos las relaciones que mantiene el imperio de Carlomagno y sus sucesores con los chantres de Bizancio; la presencia de monjes Griegos en Nápoles, Montecassino, los llamados "San Dionisio" de la región de Paris y de Roma, y también en las abadías que ganan un renombre por cultivar estas formas tanto literarias como musicales a la vez que conocemos como tropo: tenemos a San Marcial de Limoges, San Gall, San Emmeran, etc. Nuestros actuales libros litúrgicos atestiguan esta influencia tanto en las formas originales como en las adaptaciones de las mismas11 12 . En este respecto debemos remitirnos a las extensas investigaciones llevadas a cabo por Gaïsser y dom Pothier, y especialmente de por dom L. Brou y dom M. Huglo13 . Por otro lado, si nos vamos a las fuentes originales, Aureliano de Reome, hacia los años 825 - 850, nos habla de ciertas particularidades extrañas a su época encontradas en el canto Romano-Bizantino.
notación
El canto llano supone la primera notación musical en Occidente después de que durante la Edad Media se perdiera el sistema utilizado en la antigua Grecia. La notación no aparece antes del siglo IX, y solamente dos o tres siglos más tarde se encuentra una representación que tiende a precisar las alturas o tonos. La notación moderna del canto llano se diferencia del sistema de notación general en que utiliza un Tetragrama y se utiliza un sistema de símbolos llamados neumas para representar la altura de los sonidos y/o giros melódicos, sin embargo esta notación recién aparece bastante avanzado el siglo XIV.
Guido d'Arezzo en el siglo XI nos hace notar que los códices más antiguos (en este caso nos referimos a los que aparecen durante los siglos IX y X), los signos musicales incluidos en ellos son por si mismos inutilizables para quienes no saben de memoria el desarrollo melódico y rítmico (modales por supuesto) que se intentó representar, por la simple razón de que no encontraremos una pauta en ninguno de ellos. (Observamos que los tamin de los rollos sinagogales dan el mismo resultado, y van a variar enormemente de una comunidad a otra).
Los bizantinos desarrollaron un sistema llamado notación ecfonética que servía para caracterizar la puntuación musical y literaria con ciertas onomatopeyas musicales denominadas enechema, que se consideraban indispensables durante los siglos VIII a IX para la entonación del canto eclesiástico incluso por parte de los entendidos de occidente. Ya a comienzos del siglo XI, la notación de Cosme (la cual se encuentra ligada a la notación de Metz) solo nos indica algunas formulas en medio de frases o, en la mayoría de los casos, en las cadencias, con un único signo estenográfico: el calderón normal o el invertido, el cual es análogo al schalcheleth masorético. Aunque en lugares físicos cercanos y fechas similares, otras "escuelas" se conforman con no indicar nada.
En esta etapa de la escritura (que pasa a ser una especia de pronunciación visual) va a ser representativa de las distintas fases del estilo oral. Ya que la escritura trata en efecto de mantenerse representativa de la fonética; aunque eventualmente se va a producir una ruptura entre el habla, el canto y por ende, su transcripción. Esto explica el por qué, en el gregoriano más tardio, el cual es pautado, encontramos un gran número de alteraciones y desconocimiento en mayor o menor medida de los "adornos", de los tiempos que indican los episemas o la desagregación material voluntaria de algunos grupos, transformaciones de los tenores modales, y otros varios.
En un examen del repertorio se reconoce la aparición de ciertos timbres (melodías-tipo, rimas musicales, cadencias), y centones (amalgamas de fórmulas tomadas de varias fuentes). Lo que, nuevamente, nos demuestra un procedimiento siempre vivo de "composición oral y memorizada"14 .
Características
Cada familia de canto llano tiene sus expresiones modales distintivas; en algunos repertorios (Gregoriano, Antiguo Romano, Bizantino, Eslavo, Copto) a los modos se les asignan números o nombres. La teoría modal bizantina “Oktoechos” desarrollada con una disposición simétrica de ocho modos, fue adoptada por el repertorio Gregoriano a fines del siglo VIII. Se utilizan cuatro notas finales (Re, Mi, Fa, Sol), con subformas en un rango más alto (modo auténtico) y más bajo (modo plagal) para cada final. Determinados modos se prefieren para ciertas categorías litúrgicas, temporadas litúrgicas o fiestas particulares. En la tradición gregoriana, los tonarios a partir del siglo IX listan las melodías según el modo, imponiendo el sistema modal solamente después de que el repertorio hubo sido fijado.
Melodía
El repertorio auténtico (dígase, aquel que data de tiempos previos a la "gran compilación" de San Gregorio), se fundamenta básicamente en la salmodia, ya sea esta de carácter simple o adornada, es decir, el recitativo tal cual aparece o empleando tan solo su contorno general. Para poder sostener este tipo de recitación se empleó un sistema basado en la consciencia o noción de un tenor salmódico o cuerda recitativa que cimienta un plano (plane) o segundo eje de naturaleza móvil. Esta naturaleza, sin embargo, va a tender a seguir un principio de movimiento rectilíneo, que presenta elevaciones o contracciones de la melodía desde el tenor.
Este tenor salmódico se dibuja al acompañar la cadencia melódica que es delineada por los hexacordos, los cuales son a su vez (y sobre todo en su origen) una extensión del tricordio otetracordo. Con este proceso de giros en torno a un eje modal es que se manifestará el estado de la modulación15 , lo que podemos comparar en la teoría musical moderna, con la manera en que el acento musical destaca y demarca las formas rítmicas. En el año 762 d.C San Crodegango quien fuera Obispo de Metz, recomienda a sus cantores "No salmodiar en tono agudo, corriendo, en desorden, sino llanamente", y es que pide una uniformidad, la cual es un aspecto del aequitas (o aequalitas), sobre la cual vamos a encontrar muchas referencias en los tratados teóricos escritos durante los siglos IX y X. Estos teóricos se inscriben entonces en una tradición que por lo menos data del siglo IV, momento en que tenemos la referencia de que el obispoNicetas asevera que; «El que no puede igualarse (aequalitas) con los demás hará mejor si se calla o salmodia en voz baja, en lugar de cubrir la Asamblea con sus chillidos».16 Aquí lo que nos ilustra Nicetas es una concepción de aequalitas que va más allá de una somera entonación que no debe sobresalir del conjunto de asistentes, si no que además, implica la igualación de untempo dado, debemos comprender que este tempo o "ritmo libre" va a influir fuertemente en lo que André Comte-Sponville llama concepto de temporalidad, el cual a veces nos puede dar la sensación de "freno" del avance temporal cronológico mecánico17 .
Además de esta salmodia, en la cual, como hemos visto, el movimiento melódico no varía en demasía, excepto en los llamados "tonos solemnes" donde es más pausado, la práctica tradicional admitía una dualidad donde convivia esta uniformidad antes mencionada con una articulación que sí podía varia en mayor o menor medida a lo largo de las secciones del canto, o por ejemplo, en toda una repetición. Esto podía significar muchas veces que los valores temporales fueran duplicados o reducidos a la mitad, esto de forma más o menos estricta, a pesar de que tanto en la "Scolia enchiriadis" cómo en la "Commemoratio Brevis" (ambos tratados anónimos del siglo X) se haga la observación de que esto no puede ser "ni más ni menos", ya en el periodo donde fueron escritos ambos tratados hay un desarrollo que lleva hacia la mensura de la música.
Clasificación de cantos
A continuación se clasifican los cantos Gregorianos en tipos. Otros cantos tradicionales, como el canto Ambrosiano o el canto Mozárabe, pueden seguir otra clasificación ligeramente distinta.
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